A pesar de todas las "conquistas" realizadas gracias a la globalización neoliberal, los Estados Unidos se encuentran enfrentados a la mayor crisis de su historia y para asegurar su hegemonía económica y comercial, EE.UU. instrumenta el Área de Libre Comercio para las Américas - ALCA, la cual debió iniciarse en enero de 2005. Dicho proyecto tiene como propósito, cerrar el déficit de su balanza comercial y como confesara en su oportunidad el antecesor de la Señora Condolezza Rice, general, Colin Powell, a los congresistas de su país: ..."Nuestro objetivo con el ALCA es garantizar a las empresas norteamericanas el control de un territorio que va del Polo Ártico hasta la Antártida, libre acceso, sin obstáculo o dificultad, para nuestros productos, servicios, tecnología y capital en todo el hemisferio".
Porqué les estorbamos
Los EEUU para imponernos su visión del comercio y la economía, requiere de todo un sistema complejo de infraestructura que tendría que implementar desde México hasta Panamá por medio del "Plan Puebla Panamá" (PPP) y en nuestra América del Sur, a través del ALCA y la llamada "Integración de la Infraestructura Regional Suramericana" (IIRSA). Con el ALCA y el PPP los Estados Unidos y sus multinacionales controlarían de manera eficiente la región comprendida entre Méjico y Panamá y con el ALCA/IIRSA controlarían Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, Guayana, Paraguay, Perú, Surinam, Uruguay y Venezuela.
Porqué les interesamos
Para que tengamos una idea de lo vital que somos para la quebrada economía de Tío Sam. Nuestro Continente abarca una superficie de 18 millones de kilómetros cuadrados y tiene un PIB de US$ 1.1 billones. En el vivimos y trabajamos más de 300 millones de personas. El 52% del total de nuestras exportaciones provienen de productos generadores de energía, tales como, petróleo, carbón y gas. Representamos el 25% de la biodiversidad del mundo. Poseemos el 20% del agua (incluyendo a Brasil), dulce del planeta. Detentando 4 veces las reservas de petróleo de los Estados Unidos; 8 veces las reservas de petróleo del Mercosur, 74% de las reservas de gas natural de América Latina y 75% de la producción de carbón de América Latina. Obviamente es por ello, que el gobierno bolivariano, atrasa todos los planes expansionistas de los nuevos piratas hacia la región. Planes que se les complican cada vez más, tanto en su país como en el resto del mundo donde tienen sus manos metidas.
Visión estratégica
Entre los megaproyectos e inversiones continentales integrantes del Plan Puebla Panamá, y la Iniciativa de Integración de la infraestructura Regional de Sur América ALCA /IIRSA, esta la construcción de un canal alterno al de Panamá (Canal Atrato - Truandó en Colombia), siendo su proyecto más ambicioso el comunicar por medio de canales y drenados a Buenos Aires, Montevideo, a través del río de la Plata y vía el río Amazonas, salir al Atlántico. Estos complejos, unirán a América Latina con Estados Unidos e interconectarían desde las carreteras y vías fluviales, hasta las redes eléctricas; de tal suerte, que las mercancías norteamericanas fluirán por toda Suramérica, y sus recursos naturales tales como: el petróleo, el gas, la electricidad, los recursos genéticos (descubiertos y por descubrir en el Amazonas), y todas sus especies tropicales existentes, podrían ser extraídas cómodamente para ser llevadas a sus centros industriales.
Neoimperialismo
Para garantizar el dominio colonial, los Estados Unidos han venido acelerando la militarización de toda América Latina siendo su objetivo fundamental, promover y proteger las corporaciones financieras y empresas de importación-exportación y meterle mano, así como suena, a los yacimientos de combustibles fósiles; fuentes de agua; bancos genéticos de bosques y arrecifes de corales; todos los ejes de desarrollo; aeropuertos; vías y puertos multimodales que estarían conectados a las bases militares y líneas de desplazamiento militar del Comando Sur con sede en Miami. En la actualidad, bases militares ubicadas en Texas (el radar ROTHR de Corpus Christi), Ecuador (Manta), Colombia (Leticia y Tres Esquinas), Perú (en Iquitos y Santa Lucía), Bolivia (Chapare y una unidad "antiterrorista" en Santa Cruz de la Sierra), Aruba (Reina Beatriz), Curazao (Hato Rey), Salvador (Comalapa, además del Centro Regional de Drogas y la embajada tipo "bunker" más grande de Centro América), Puerto Rico (la estación naval Roosevelt Rose y el fuerte Buchanan), Cuba (Guantánamo), Honduras (la bases-radares Soto de Cano y Palmerota), Panamá (el aeropuerto militar estadounidense de la ciudad de Panamá), en Paraguay (campamentos para entrenar boinas verdes), todas ellas, están ínter lazadas a los fines de la concreción de sus planes geopolíticos.A tales fines, no se descuenta la virtual toma de la tri frontera al sur de Brasil (so pretexto de ser base de operaciones del terrorismo musulman), y por mampuesto, la implementación de acuerdos leoninos con gobiernos títeres a fin de garantizar que las tropas élite de los EEUU puedan entrar y salir de algunos de estas naciones sin pasaportes, visas o control alguno; así como, evitar (en caso de cometerse actos calificables de crímenes de guerra o lesa humanidad), no ser enjuiciados en esos países y menos aun, ser extraditados a los fines de su juzgamiento por ante la Corte Penal Internacional.
En la actualidad, los Estados Unidos planifican construir bases militares en Bolivia (Villa Tunari, Chimoré e Ichoa), Argentina (base de Tolhuin en Tierra del Fuego), Ecuador (Islas Galápagos) y en el Brasil de Anita de Garivaldi y Lula (controlar la base de Alcántara). A estas bases militares debemos agregar las 34 existentes en Colombia, en el marco del Plan Colombia y aquellas (de entrenamiento militar), desconocidas por los pueblos y algunos gobiernos latinoamericanos –aun que usted no lo crea-, denominadas "Sitios de Operaciones de Avanzada" (FOS), entre los que están los de Costa Rica, Belice, Honduras, Islas Caimán y Panamá.
La ocupación por cualquier vía
Una de las piezas claves, para el logro e los objetivos imperiales, ha sido la implementación del llamado Plan Colombia, el cual esta dentro de la estructura del ALCA, donde el componente militar (bajo la excusa del combate a la narcoguerrilla y el terrorismo), aseguraría los propósitos coloniales. Este Plan, impuesto a partir de 1999 no es otra cosa que una estrategia político militar de intervención contrainsurgente, con pibote en Colombia, para liquidar las luchas sociales en toda América Latina y asegurar las bases de consumo y producción de su modelo económico neoliberal.
El Plan Colombia en su primera fase, tuvo un costo aproximado de 7.500 millones de dólares (a ser ejecutados en cinco años), convirtiéndose Colombia, en el primer país receptor de "ayuda" militar estadounidense en Latinoamérica y en el tercero a nivel mundial, después de Israel y Egipto. Con estos dineros se ha iniciado una fuerte militarización de nuestro continente, siendo la base militar de Manta (en Ecuador), el principal centro de espionaje electrónico con tecnología satelital del Pentágono en América del Sur; desde donde parten cada día, a cumplir su rutina, aviones del tipo Orión C-130 de la Armada de ese país. En la actualidad la base alberga (según los expertos), unos 162 oficiales estadounidenses y 231 empleados (casi todos ex militares), adscritos a la corporación multinacional Dyncorp, con casa matriz en el estado de Virginia, sede del Pentágono.
Para su ejecución, fue preciso impusieran (cuestión que no han logrado plenamente en otros países), la reestructuración de sus ejércitos. En cuanto a Colombia se refiere, su ejército fue incrementado en aproximadamente un 145%, pues se pasó de una fuerza de 22.891 en 1998 a 56.203 en el 2002; las fuerzas militares totalizaron 140.000 hombres calificados para el combate. Es decir, han incorporado aproximadamente 60.000 soldados desde 1998. En cuanto a soldados regulares dentro del "plan fortaleza" su número fue de 73.068 al finalizar el 2001, con el "plan aplazamiento se incorporaron más de 1000 hombres que se traduce en 10 unidades tácticas para el sector energético (fundamentalmente las petroleras) y 4 brigadas móviles. En lo que se refiere a la policía, fueron incorporados 10.000 nuevos hombres. Por su parte, la fuerza aérea desde 1999, incremento en 4 veces su capacidad de combate por medio de la adquisición de helicópteros del tipo, Black Hawk y Huey; así como, la modernización de aviones; de sus equipos aeronáuticos los cuales se incrementaron en 118% respecto al mismo año.
Todo este despliegue militar, tiene como objetivo favorecer las transnacionales, fundamentalmente las vinculadas al sector petrolero. Y es precisamente, como en torno al Plan Colombia, un grupo de parlamentarios norteamericanos planteó hacia finales de los 90 del siglo pasado, que para aplicar dicha iniciativa, el país neogranadino tenía que darle prioridad a la industria petrolera. Para ello, los hijos de Santander en ejercicio de gobierno, modificaron la política petrolera y pasaron a darle grandes contratos de exploración y explotación de petróleo y gas natural (por presión de grupos de interés pro yanquis y desde los Estados Unidos), a corporaciones extranjeras (norteamericanas y europeas), donde las regalías que le pagan dichas empresas a la estatal ECOPETROL, bajaron del 16% al 5% y la participación de las compañías transnacionales subió del 25% al 50%. Con la efímera dictadura del traidor Carmona Estanga, en Venezuela y junto a todos quienes le aupaban dentro y desde fuera, se buscó (y aun procuran), cogerse el país para ellos e incorporarnos a su línea de producción humillante y desnacionalizadora.