( N O T A S P A R A L A M E M O R I A )
PARA AQUELLOS SALVADOREÑOS QUE SUFREN DEL MAL DE ALZHEIMER
EN ESTOS TIEMPOS EN QUE LOS "ACUERDOS SEMÁNTICOS" SE CONVIRTIERON EN
IMPOSICIÓN DESPÓTICA DEL IMPERIO... EN ESTOS TIEMPOS EN LOS QUE "DEMOCRACIA" "ES TENER HAMBRE, AGUANTAR A LOS POLÍTICOS Y SIN PODER PROTESTAR" (Como bien diría el Viejo)... EN ESTOS TIEMPOS EN LOS QUE ORTODOXIA Y ORTODONCIA POCA DIFERENCIA ADQUIEREN, se vuelve interesante recordar lo escrito por el comandante Marcial hace 23 años. Concluyan ustedes de qué "patria" hablaban y hablan los mal llamados comunistas y con el agravante de ortodoxos...
ALGUNAS EXPERIENCIAS DE NUESTRA HISTORIA.
(Del Cuaderno No. 1 de “Sobre Algunos Problemas De Organización Que Consideró El Comando Central” Por Mandato del Comando Central de las FPL Farabundo Martí. MARCIAL, 1er Responsable del Comando Central. Junio 1982)
... Y en esto el Partido Comunista de El Salvador, su actual dirigencia (no quiero hablar de todo el PCS), se ha caracterizado por ser maestros del maniobrerismo parlamentario y burgués, que lo utilizan en toda su actuación; ya sea en sus reuniones bilaterales, ya sea en el convencimiento hacia una persona, hacia el conjunto y los aliados.
El maniobrerismo burgués, su cálculo, su concepto todavía no correcto de lo que es la unidad del pueblo en función de los intereses del proletariado, sino la unidad del pueblo como algo tradicional, con un concepto cuantitativo, que mientras más grande es, por ese hecho es mejor; aunque se sacrifiquen los principios del proletariado con tal de formar "una pelota bien grande" en manos de una parte de la burguesía.
Este concepto, el PCS todavía no lo ha depurado del todo. Su aparente sinceridad en la autocrítica es de un estilo tal que le sirve para dejar las raíces de los errores siempre vivas, que no queden desacreditadas las raíces de los errores y así en cualquier coyuntura poder actuar similarmente. Para dejar bien a las claras ese método deformado de autocrítica, me voy a referir a la Guerra con Honduras, como un ejemplo.
En esa ocasión, los que considerábamos como una traición al proletariado internacional y al campesinado, al proletariado y al estudiantado salvadoreño y hondureño la teoría de la defensa de la patria salvadoreña, desarrollamos una oposición fuerte y muy aguda dentro del partido, en contra de la línea que tomó la mayoría derechista de la dirección del Partido Comunista Salvadoreño. Esta tomó la línea de fortalecer el esquema y la organización de "Unidad Nacional", que promovió el General Sánchez Hernández en ese momento. El Presidente Sánchez Hernández convocó a todas las "fuerzas vivas", incluyendo a las organizaciones populares, para darle base social a la agresión militar que en esos momentos se preparaba contra Honduras. El Presidente del régimen tiránico y agresor planteó la necesidad de formar la unidad nacional en ese "momento de emergencia y peligro para la patria".
Esa unidad nacional significaría que la lucha de clases interna que en esos momentos estaba bastante aguda debía de aplacarse. Que los patronos dijeran que iban a disminuir sus agresiones contra "sus" trabajadores y que los trabajadores se comprometieran a no hacer ninguna huelga, ninguna petición de aumento de salario, ninguna petición de clase y que cesarían sus agitaciones políticas.
La mayoría derechista de la Comisión Política del Partido Comunista de El Salvador inmediatamente tomó el acuerdo de adherirse a ese llamamiento de Unidad Nacional", porque daba la posibilidad, decían, de unir a todo el pueblo por la paz.
Hay una cosa interesante: el oportunismo casi nunca trata de presentarse como tal, sino que teoriza, trata de adornarse, de echarse una capita de azúcar, para que las masas pueden tragarse las orientaciones oportunistas. De lo contrario no se las tragarían. En esa oportunidad, sus tesis las plantearon teóricamente, fundamentadas, "basadas en el Marxismo", con un enfoque de clase. Decían: En la guerra hay dos bandos: los dos obedecen a intereses de clases; Sánchez Hernández está por los industriales y los industriales no quieren perder el mercado de Honduras porque allí tienen 80 millones de dólares anuales, en el mercado más grande que tienen en Centro América y una guerra podría hacerlos perder y se resquebrajaría el Mercado Común Centroamericano, y eso no conviene a los industriales. Es un grupo que se opone a la guerra. A ese grupo es al que representa Sánchez Hernández y son los que están por la Paz. En cambio, están por la guerra los terratenientes, porque ya es demasiada presión interna del campesinado, y se está radicalizando mucha por no tener tierra. Los terratenientes no quieren hacer una reforma agraria en El Salvador, no quieran dar la tierra y quieren la tierra Hondureña para resolver dos cosas: El problema de presión demográfica y el problema social de la reforma agraria, para los campesinos de El Salvador. Y lo quieren hacer a base de las tierras hondureñas.
Como vemos, aquí hay dos posiciones radicalmente distintas: Los que quieren la guerra y que están capitaneados por Medrando y los que quieren la paz, que están capitaneados por el General Sánchez Hernández. Nosotros apoyamos a Sánchez Hernández para preservar la paz y para luchar contra los guerreristas, como quien dice, las palomas contra los halcones; y la cosa resultó al revés: se metieron de cabeza en el apoyo a la reaccionaria política de la "defensa de la patria", incluso le dieron a todas las células, y a todas las organizaciones de masas la tarea de incorporarse a los grupos de defensa civil. En ellos estaban los de ORDEN. Entonces, formaron unidad con los de ORDEN, que dirigía Medrano, en cada cuadra, multi-familiar, barrio, etc. para controlar que la gente disciplinadamente cumpliera con las órdenes de los militares.
Andaban de cuarto en cuarto, de casa en casa, viendo que no se tuvieron encendidas las luces y que estuvieran las cortinas bien cerradas. Y el que no cumpliera, el vecino que dejara las cortinas descorridas, ese era un anti-patria, y lo denunciaban por estar a favor de los hondureños, dándoles puntos de referencia para el bombardeo aéreo.
Otra tarea: Fue lograr el mayor número de dulces y abastecimientos para llevarles a los soldados de Medrano a Ocotepeque o del Diablo Velázquez. Consideraban que no era buen miembro de la Asociación de Mujeres u otra de masas, si no se hacia eso y ponían como ejemplo de ser buen miembro del partido, a quien llevara chicles a los soldados defensores, es decir se metieron de lleno al asunto de la defensa de la patria. Pero eso no fue lo fundamental, sino que lo fundamental fue haber engañado a la clase obrera. Un conocido miembro derechista de la Dirección del PCS planteó en una reunión muy grande que se preparó la interfederación de trabajadores (FUSS-FESTIAVTSES): "Nada ha sido dado sin lucha en el camino sindical. Nosotros lo que hemos logrado ha sido a base de sacrificios. Aquí se ha derramado mucha sangre de compañeros obreros por conquistar el fuerro sindical, la libertad sindical, la ley para las huelgas, etc.; que no son perfectas, pero son conquistas que han costado sangre. ¿ Qué pasará sí la burguesía Hondureña lograra imponer su régimen en El Salvador ? Ustedes perderían las conquistas que han logrado".
El engaño a la clase para uncirla a la agresiva política de la burguesía era bien evidente. Después, ante la lucha ideológica fuerte, ante la critica contra esa línea y ante el desenmascaramiento de que igual había sido el papel de los partidos oportunistas de la II Internacional, que habían lanzado obreros contra obreros en defensa de su propia burguesía en la primera Guerra Mundial y ante las evidencias aplastantes de su traición a los principios del Internaciona-lismo proletario, no tuvieron otro camino que hacerse una "autocrítica".
Pero ¿ Qué tipo de autocrítica ? Decían: “Ustedes tienen razón, hemos cometido el error de apoyar la línea de unidad nacional de Sánchez Hernández, pero fue ‘por falta de información’ cuando tomamos esa línea, no nos habíamos dado cuenta que ya los industriales y los terratenientes se habían puesto de acuerdo en impulsar una misma línea agresiva, en impulsar la guerra. Ese fue nuestro error, falta de información". De tal manera, no lo veían sino que lo adornaban.
La dirección de derecha del PCS nunca ha reconocido a fondo su política oportunista, sus autocríticas son siempre calculadas, tácticas para resguardar el fondo y las raíces de los errores. Con la admisión autocrítica trataban de ocultar la esencia del oportunismo, mediante un reconocimiento torcido autocrítico. Trataban de mantener vivas las raíces de los errores, para no extirparlas totalmente y para no tomar una línea correcta. Ese estilo, ellos lo siguen utilizando en su autocrítica. Por ejemplo para ellos decir Guerra Prolongada es un error. La guerra comenzó, según ellos cuando se comenzaron a incorporar a la misma; con ese recurso, quedan condonados todos los años, 8 años de su política oportunista de la década del 70 y su política reaccionaria contra las guerrillas, e incluso las delaciones masivas. En sus autocríticas todo eso queda justificada y tratan de fabricar la historia de otra manera. Por ejemplo dicen que el 28 de febrero de 1977, fue el día en que "finalmente el pueblo a base de su propia acción y experiencia pudo convencerse de que el camino de las elecciones estaba agotado", y que era necesario tomar el camino de la lucha armada. Adornan así toda su política oportunista y antiguerrillera de los años 70, tratando de justificarla con el argumento de que la participación en las elecciones había sido buena porque "habían llevado al pueblo a la frustración". Los revolucio-narios, desde 1970 mostramos, con el avance de la lucha armada, que la burguesía utilizando todo ese enorme andamiaje de la saturadora propaganda, que se hace en las elecciones en ese juego electoral y que ya sabemos sus resultados, siempre engaña a una gran proporción de masas. Ellos se jactaban sus 300 mil votos, emitidos en el carrusel de toda la propaganda que alrededor de las elecciones había logrado, sin ganar el gobierno y volvían a levantar ilusiones y falsas esperanzas en un pueblo, que ya realmente hubiera ganado mucho de haberlo enfilado sin vacilaciones en la estrategia política militar, como las FPL lo estaba haciendo.
Sin embargo en 1977, después de la masacre del 28 de febrero; hasta entonces, dicen ellos, "el pueblo pudo darse cuenta de que ya no había otro camino"; y que es bueno que se reconozca que otras organizaciones desde antes habían empezado a decir lo mismo, pero que según ellos, hasta entonces se dieron las condiciones masivas para que éste pueblo pudiera volcarse a favor de la lucha armada.